Como una suave brisa, llegaste a mi vida instalándote en mí, allí, en ese
espacio vacío que tenía reservado sin saber para quién. Te acercaste en
silencio, acariciaste mi alma y me regalaste sonrisas, muchas sonrisas poniendo
curitas en mi corazón. Sanaste mis heridas:
Con tan sólo un soplo tuyo, se fueron mis pesadas cargas, alineándose mi
cansada columna.
Te veo frágil, te veo titan, te veo de tantas formas…
Te veo correr
Te veo caminar
Te veo meditar
Te veo entre hadas y duendes, te veo en el bosque de la humanidad, te veo
allí bailando cantando brincando una vez más
Te veo dónde estás.
¡Gracias!
©Elsa
Gillari
Julio 28/2021
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