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martes, 4 de febrero de 2014

Dibujos con tinta china negra sobre papel blanco y tratamiento digital

La Alquimista


La Codicia

Cuerpos Etéreos


Emperador


La Noche


Nueva Raza IV


Pitonisas


La Primavera


La Transmutación



Elsa Gillari
Obras registradas en AICOA
todos los derechos reservados

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miércoles, 29 de enero de 2014

Escritura Automática VIII

corazón a full de amor sonidos de carillones suave brisa acaricia el sin sentido del sufrimiento seres queridos gente el mundo sabor a miel mi paladar olor a fresias jazmines lavanda vibrar en amor sonreír inconsciente colectivo parasitado energías transmutando rostros tristes agora homus deum luz blanca dorada paz armonía milésimas de segundos recorren el universo lo siento ahora fue hace tiempo calma en el lago transparente mar azul egeo intransferible experiencia nuevos conocimientos duro aprendizaje combatir el ego fluir en armonía no juzgar no criticar no quejarse no intervenir no querer cambiar al otro no ostentar plexo solar llama dorada convulsión mundial tiempos difíciles se potencia es aquí y ahora sentir con el corazón…


Elsa Gillari
Copyright






sábado, 7 de diciembre de 2013

Presentación libro "Doña Rubina", esposa y madre abnegada - Elsa Gillari



Obra de Portada: Elsa Gillari



"Doña Rubina", esposa y madre abnegada  
Elsa Gillari 

Editorial Dunken
En la 40 Feria Internacional del Libro en Buenos Aires 2014



Agradecimiento

En un principio, esta novela comenzó siendo relatos costumbristas. Los publicaba semanalmente en redes literarias y artísticas. Grande fue mi sorpresa cuando publiqué el primero. Mis amistades, artistas,  escritores y lectores de diferentes países, me pedían que siguiera escribiendo. Así lo hice, incentivada por ellos, que en cada publicación me expresaban que esperaban una próxima, comentando que les alegraba el día, algunos que estaban tristes y al leer Doña Rubina esbozaban sonrisas, les cambiaba el estado de ánimo; que ya amaban a ese personaje tan peculiar.
Me sugerían hacer el guión y presentarlo para TV, Cine, Teatro; otros que escribiera un libro. Así nació esta novela, amorosamente acunada con el cariño de mis seguidores.

“A todos ellos, va mi eterno agradecimiento, ya que sin ellos hubiese quedado quizás en un solo relato costumbrista”.

Elsa Gillari

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Prólogo


Doña Rubina, un ser angélico, puro, nacido de la creatividad de Elsa Gillari, artista plástica argentina, que con esta obra, su ópera prima, nos presenta su faceta de escritora. Y de las buenas.
Esta novela llega hoy a tus manos, y te trae una historia -en lenguaje coloquial-, forjada en una calle cualquiera, de un barrio cualquiera, ese al que no puedes olvidar, aunque no lo hayas vivido nunca, aunque sólo te lo hayan contado, porque en él la vida es otra cosa.
El sentido de la observación, la capacidad para crear situaciones diarias, donde lo absurdo va del brazo con lo grotesco y lo dramático, son dignos de ser resaltados.  No es nada fácil crear una historia en la cual, una mujer de barrio, con sus años encima, comienza a abrir los ojos a la realidad y a descubrir que  ese mundo, construido en su casa, en su hogar y con todo lo que en ello guarda -su admirado y amado esposo, sus hijos, su perro, sus plantas- son apenas poco más que sueños fugaces; que la realidad es otra, que es esa  pesadilla que no quiere ver. Esa a la que su inocencia de mujer de barrio, simple, casi ingenua en su picardía y apetencias, perteneciente a la clase media, va siendo devorada por el progreso.
Cada personaje, con su psicología bien definida, con sus altibajos, sus mezquindades y generosidades, cobra vida en esta obra y salen de ella para meterse en la nuestra y traernos recuerdos de realidades conocidas, creíbles. Parientes, amigos, vecinos, proveedores, todos están allí dando sabor a la historia, poniéndole el toque que necesita, convirtiéndola en una  obra que es el reflejo de una sociedad que todavía subsiste, aunque el barrio, tal como era, haya cambiado.
La habilidad de la autora al plasmar los rasgos de cada uno de los personajes, humanizarlos,  encarar la manera en que se van creando las distintas situaciones por las que estos pasan, se despliega como un abanico de seda y luz, atrapándonos en sus movimientos, haciéndonos sentir partícipes de lo que sucede a medida que nos entregamos a la lectura de esta novela corta, ágil, amena, pero no por eso exenta de la cuota de dramatismo y humor que la vida conlleva en el día a día humano. Es la destreza que sólo tiene quien ha vivido profundamente cada instante, y ha aprendido a reconocer el alma humana, sus debilidades, aceptarlas y no juzgarlas, es así como la escritora maneja su creación. De este modo concibe una obra que nos deja con la ilusión de haberla vivido, de haber tratado  a cada uno de los personajes.
Una lectura que es una caricia para el alma, una novela que imita a la vida misma, haciéndonos sentir que conocemos a Doña Rubina desde hace tiempo, aunque sea de a pedacitos, esos que van integrando a tantas Doñas Rubinas, las mismas que hasta el final arrastran sus ilusiones por este mundo nuestro, y a las que encontramos aún, por donde vayamos, inventándose historias para poder sobrevivir. Ni fracasadas ni exitosas. Ni bellas ni feas. Sólo mujeres con un corazón lleno de amor y de sueños, colgadas de una estrella, echando miel sobre la hiel. Mujeres que alguna vez deberán conocer la cara oculta de la luna. Que alguna vez deberán caminar descalzas sobre el asfalto caliente de las calles, y seguir adelante, juntando los mendrugos para formar una nueva  existencia, aprendiendo a vivir de nuevo.
Una de estas mujeres cobra vida en el alma de Elsa Gillari.  La bautiza Doña Rubina y la lanza a caminar por el mundo de la fantasía, ese mundo donde todo puede ser posible.




Teresa del Valle Drube Laumann - Escritora/Artista Visual























martes, 6 de agosto de 2013

Pintura- Serie: "Manchas y Gemas"














Pintura acrílica y Gemas sobre lienzo


©Elsa Gillari
todos los derechos reservados


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miércoles, 8 de mayo de 2013

EL BOSQUE SE REFLEJÓ EN LA LUNA





Pintura con tratamiento digital 
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El bosque se reflejó en la luna.
  En la colina,
aullaban las sombras de los lobos
en esa noche, de luna llena.


Elsa Gillari
Copyright


domingo, 28 de abril de 2013

LA ENVIDIA II







Haiku
de la maleza
ve oculta la vida
 luces y sombras 
            

  Elsa Gillari
Copyright  


domingo, 17 de febrero de 2013

viernes, 9 de noviembre de 2012

ya no danzan




fotografía con tratamiento digital
obra seriada
registro Aicoa

Elsa Gillari
todos los derechos reservados

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viernes, 21 de septiembre de 2012

Si yo supiera...




"Y así nació la Tierra"



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Si yo supiera
escribir poemas
versaría
a la Primavera
te contaría
de sus fragancias
y sus paletas
de Lavandas
Violetas
y Fresias

¡Ah… qué pena!
Si yo supiera…





© Elsa Gillari






lunes, 16 de abril de 2012

Pantera en el valle



Pastel tiza sobre papel misionero (90 x 100 cm)

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© Elsa Gillari

miércoles, 13 de julio de 2011

jueves, 21 de abril de 2011

OPCIONES





     En esa negra noche el riachuelo me invitaba al suicidio. Contemplé las aguas turbias con mis recuerdos, suspendida en el tiempo, esperando una respuesta que no tenía. Me aferré a la baranda del puente y lo seguí mirando desafiante.
   Por un instante pensé en la vida; en mi nefasta vida buscando una fórmula final de felicidad o una estrategia suicida que no fallara esta vez. No eran humores acuosos de suciedades cloacales el método planeado para el final, pero ya no importaba.
   Un niño de la calle se acercó a pedirme una moneda, y pude ver en sus ojitos buscando soles el dolor del hambre; no pude evitar llorar.
   -Una monedita por favor…
Sus pies descalzos y su cuerpo vestido con harapos me hablaban de una inocencia perdida. De noches frías debajo de un puente. 
  Le di unas monedas y acaricié su piojosa cabellera, sintiendo que eran hilos de seda en la cabeza de un ángel. Se marchó con una sonrisa agradeciéndome el bocado recibido.
  El cielo se iluminó de estrellas.
  El riachuelo se transformó en un mar azul; su barro era una fina arena cálida que me invitó a recostarme en posición fetal.
  Acababa de nacer y un ángel me indicó el camino.




©Elsa Gillari