Páginashttps://blogger.googleblog.com/2015/12/highlight-posts-that-matter-most.html

miércoles, 13 de julio de 2011

jueves, 21 de abril de 2011

OPCIONES





     En esa negra noche el riachuelo me invitaba al suicidio. Contemplé las aguas turbias con mis recuerdos, suspendida en el tiempo, esperando una respuesta que no tenía. Me aferré a la baranda del puente y lo seguí mirando desafiante.
   Por un instante pensé en la vida; en mi nefasta vida buscando una fórmula final de felicidad o una estrategia suicida que no fallara esta vez. No eran humores acuosos de suciedades cloacales el método planeado para el final, pero ya no importaba.
   Un niño de la calle se acercó a pedirme una moneda, y pude ver en sus ojitos buscando soles el dolor del hambre; no pude evitar llorar.
   -Una monedita por favor…
Sus pies descalzos y su cuerpo vestido con harapos me hablaban de una inocencia perdida. De noches frías debajo de un puente. 
  Le di unas monedas y acaricié su piojosa cabellera, sintiendo que eran hilos de seda en la cabeza de un ángel. Se marchó con una sonrisa agradeciéndome el bocado recibido.
  El cielo se iluminó de estrellas.
  El riachuelo se transformó en un mar azul; su barro era una fina arena cálida que me invitó a recostarme en posición fetal.
  Acababa de nacer y un ángel me indicó el camino.




©Elsa Gillari

domingo, 27 de marzo de 2011

AZUL





Fotografía con tratamiento digital





Te aseguro que los vi – le dije.
Estaban allí, tres árboles cubiertos de una luz azul que los diferenciaba del resto en el bosque; apartados en un espacio con hierbas, como en un escenario actuando la perenne postura de un árbol. Los otros eran neutros, sombríos. No era noche ni día tampoco atardecer ni amanecer. Extraño muy extraño.   Los vi como un flash que traté de retener y la luz azul me habló sin voz. Me envió una emisión transmisora que aún trato de entender su lenguaje codificado.
Sentada a mi lado escuchaba mi monólogo contando los botones de su camisa descubriendo que faltaba uno – me lo dijo- y también que me callara, no le hice caso, seguí hablando
-¡Devolveme mi botón!
-Yo no lo tengo.
Una habitación en penumbras penetrando una luz desde una ventana luminosa. Debajo de ella un piso de madera terminando en tres escalones. Junto a la ventana un maniquí de sastre desnudo. Tres maniquíes tirados en el piso, sufriendo aunque digan que los maniquíes no sufren. Me dijo que debía pintar esa escena. Le pregunté qué título le pondría a la obra. Cuando lo pintes lo sabrás- dijo.
-¿Ya lo pintaste?
-Sí.
-¿Qué título le pusiste?
-La muerte.
¡Devolveme mi botón te dije!
-No lo tengo.
-Buscalo. No me interesa escucharte.
-No me escuches.
-Me quedé sin poesía, duele mucho este vacío de palabras…
-¿Por qué llorás ahora ?
-Por angustia…
-Ah…
-Dicen que no saben cuando me darán de alta y no quiero estar más aquí
-Yo si quiero, aquí se está tranquilo estamos protegidos del mundo.
-Esto es el mundo.
-Pintaré árboles con luz azul…no quiero escuchar tu mentira, el mundo está afuera.

…………………………………………………………………

Se apagaron las luces de las sórdidas salas. En el silencio de la noche se oían llantos y una voz triste que recitaba un poema a unos árboles pintados con luz azul.






©Elsa Gillari



jueves, 3 de marzo de 2011

LO QUE HAY QUE SABER – poema de Charles Bukowski

AUTORRETRATO – Pintura de Vincent  Van Gogh  (1853-1890)


Van Gogh se cortó una oreja

y se la dio a una

puta

que la tiró

extremadamente

disgustada



Van, las putas no quieren

orejas

quieren

dinero.



supongo que ésa es la razón

por la que fuiste un pintor

tan grande:

no entendías

muchas cosas

más





Charles Bukowski (1920-1994)



------------------------------------------------------------------

Entre los 27 autorretratos que pintó Vincent Van Gogh, este corresponde a cuando se cortó la oreja.



Todavía hay dudas al respecto, pero ese hecho en particular es una interpretación de una posible verdad que hace Bukowski en su poema.



Encontré este link en la red, siguen las dudas...

http://teleportglobalcorp.wordpress.com/2009/04/16/confirman-que-van-gogh-no-se-corto-la-oreja/